Lo que transmite una voz.

Me tocó llamar a la que será nuestra supervisora las primeras dos semanas, para que cuando el lunes lleguemos no lo hagamos tan perdid@s. Y me encantó su voz, quizá porque iba con pies de plomo esperando alguien más autoritario y no tan cercano pero...a pesar de la determinación y y energía que me transmitió también sentí ese calor, la intención de preocuparse porque todo saliese bien y ayudarnos a aprender. Quizá acierte, quizá me equivoque. No lo sé. Pero eso es lo que me transmitió su voz. Y tras la conversación, me quedé con ganas de empezar, de que sea ya lunes y de nuevo pise un hospital. 

De nuevo, esos olores a hospital.

Ha comenzado tercero. El primer cuatrimestre ha volado (literalmente), no sé si ha pasado él por mí o yo por él. Y mañana es la presentación de las prácticas III. Tengo ganas, y curiosidad por aprender cosas nuevas y vivir experiencias. 

Debería escribir un poco más, y no hacer tan cortas mis entradas. Pero, mmm, ¿qué voy a contar? Si hay millones de blogs que hablan sobre la enfermería...¿qué puedo decir nuevo? Cuando viva un poco, cuando comiencen las PIII tal vez encuentre alguna anécdota que escribir, o la inspiración para redactar cosas que han pasado pero que no sé como plasmar.

Hasta entonces...de nuevo disfrutaré esos olores a hospital.

Superado Junio, ¡con creces!

Hola hola hola!!
Vengo y me marcho (así de veloz soy cuando se trata de dejar huella en este blog), solo pasaba por aquí para contar que sí, que he superado Junio =D

Ahora toca coger fuerzas en unos días de relax para poder atacar la única asignatura que tengo pendiente el próximo mes. Si he podido con todo lo anterior (incluyendo la fatalista física), puedo con lo que me queda.

LET'S GO!

Lo bueno acaba.

Cuando ya sabes desenvolverte entre la gente, cuando no dudas cuando tienes que hacer algo, cuando te entiendes entre compañeros...¡¡despierta!! Esta etapa ha acabado. Me ha encantado, contra todo pronóstico. En un principio pensaba(mos) que no sería así...y ha sorprendido para bien, en muchos aspectos. Guardo en mi mente anécdotas, sonrisas y miradas, recuerdos... A mis compañer@s también, a esas dos mentes pensantes, de mayor experiencia, dame una S y dame una J... a los que sin imaginarlo les cogí un gran cariño. Sobre todo a S. Fue mi guía. Y eso no lo olvido =)

Ahora toca...arrancar motores...que se acerca la recta en la que la meta final es...un verano lleno de sol y playa. Bueno, el sol no sé yo, en este norte con panza-burro afincada...pero la playa, vamos que sí que la habrá. Este verano toca.

GO, GO, GO!!

Día cinco: El donut de quirófano.

Al despertar ya lo hice falta de energía. Desganada total, quizá por eso de que hoy es viernes. Pero pensé en sus sonrisas, en esas miradas sinceras cuando les dedicas un poco de tu tiempo. Recordé a mi paciente, y enseguida cambié el chip. Y más me cambió cuando me puse el uniforme y atravesé la puerta de la planta, decidida a no perder hoy mi sonrisa. Por muy baja que tuviese mi energía.

Durante toda la mañana estuve pensando en algo dulce. Un donut, ¡¡oooorrrgggsssss!! Cuando pude salir a desayunar (algo más tarde que el resto), mi mente no dejaba de repetir “donut, donut, donut…” con vocecita robótica. Ya en la cafetería, fui directa al mostrador donde ese dulce taaaaan lleno de azúcar y taaaaaaan poco sano estaba. Y entonces… dos de verde, muy simpáticos ellos, discutían en tono de broma los pros y contras de comerse un jodido donut esa mañana de viernes. “Tio, eso son X calorías, una hora de gimnasio por lo menos” “Si, o corriendo…”. Palabrejas como estas escuchaba mientras en mi fuero interno me debatía si desayunar algo más sano o por el contrario calmar mi antojo. Se me escapó un “ay pues yo no sé ya que hacer…quiero donut…” mientras estos chicos seguían con su debate. Nos echamos unas risas y justo en eso el camarero me pregunta que quiero y sin pensarlo mucho, automatizada total pero con vocecita de “lonecesito” dije “Un dooonut…y café con leche, por fa”. “No te lo pensaste mucho, jajajaja”, me dijeron. Y yo evidentemente dije que no, que llevaba toda la santa mañana pensando en el donut. “Bueno, parece que te lo puedes permitir”, me dice uno echando una mirada de arriba abajo. Yo, como si nunca me hubiese visto, miro mis bracitos y digo “si, parece que sí” mientras me reía un poco. Ains, qué graciosos son los de quirófano. 

Dia cuatro: Mi paciente.

30.
Sonrisas.
Corazón.

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Día tres: Manos a la obra.

De aquí para allá, de allá para acá. Sin parar. Aprendiendo, absorbiendo como una esponja. Lo más básico, y me encanta. Para construir una casa se empieza por los pilares, ¿no?  =)

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Dia dos: La filosofía de una DUE.

El día lo empezamos algo expectantes por qué sería aquello que nos dirían. Lo único que le vimos bueno a la charla fue el saber que una hora de esa mañana echaríamos atrás. Pero al bajar a planta todo fue diferente a como imaginamos: parecía que llevásemos más tiempo allí, porque nos integraron enseguida. Hicimos curas, repartimos medicación y comidas, hablamos con los pacientes, nos enfrentamos a dos ingresos con sus respectivas valoraciones y papeleos… Y, cuando los tres del CHUC nos reunimos un poco al sol…me di cuenta de que la mañana no había sido tan desastrosa como vaticinábamos el día anterior. Me di cuenta de que lo más básico también es necesario aprenderlo, y que también me gusta. 

Horas más tarde un compañero de otra planta, con otros horarios y otras actividades, me contaba su día y me daba un poquito de bajona. Porque su horario es muchísimo mejor para poder estudiar. Porque en su planta hace más cosas (los jodidos sueros y las medicaciones que tanto me aterran, las sondas y los drenajes), las cuales a veces pienso que debería saber porque en tercero no sé si me exigirán dominarlas. 

Pero, según S, una casi DUE pero futura GUE con la que comparto prácticas, hay que tomárselo con filosofía. Mejor dicho, felisofía. Así, sin anestesia: sonríe. Mientras estoy escribiendo esto recuerdo a la segunda paciente que nos entró hoy que hasta tan echita polvo bromeaba y reía. Pues no es tan malo esto, y no es el fin del mundo. No practicaré técnicas y ni sabré calcular dosis de medicación para ponerlas en sueros pero en nuestra planta, la OF-22, sé que se aprenderá algo más que una técnica: humanidad y el primer contacto, los cuidados más básicos; aprenderé a adaptarme a la situación e improvisar ante lo inesperado…y el saberle sonreír a la cronicidad, incluso cuando sabes que no sales de ello, cuando sabes que te acompañará el resto de tus días, cuando pierdes tu autonomía, cuando sabes que sólo te quedan días…

Prácticas Clínicas II

Dia uno:

Las presentaciones, el sentirnos perdidos en ese numero 22… Y aprender que a veces hay que ser un poco McGiver, buscarte la vida y apechugar con lo que toca; improvisando a cada momento, porque la vida es eso: no tenemos un guion por el que regirnos a la hora de actuar.

Tomorrow…more and better (I hope!)

Superwoman

A veces siento que tengo que serlo, que tengo que luchar más de lo que está escrito para conseguir ciertas cosas. ¡¡Me agota!! Pero a pesar de ello sigo adelante cuando peor estoy, cuando parece que no tengo tiempo de nada más y que es "casi imposible" conseguirlo. 

si me convenzo de ello sé que puedo volar.

solo tengo que creer en mi.

Necesito que el día tenga más horas

 

No sé de dónde voy a sacar tiempo. Una de dos: o como o duermo. Y teniendo en cuenta que si no duermo no rindo, será cuestión de gastar mi tiempo de comida en horas de sueño. Las abuelas y las madres suelen decir que dormir hace, que si el niño está malito déjalo dormir. 

Las tareas del aula virtual, trabajos, el portafolios, esa jodida exposición el mismo día que me examino de Física... ¿¿Hola?? ¡¡Que el día sólo tiene 24 horas!! Ahora entiendo perfectamente a mi madre cuando me decía "necesito que el día tenga más horas, 36 a ser posible...". Oh, inocente Raquel que no entendía esa frase. Ahora la entiendo. 

Por otra parte, a pesar de la falta de tiempo, cara al público estoy relajada. Eso me dicen. Y una mierd*, que tengo el estómago hecho un desastre y constantes ganas de devolver. Sin olvidar mis mareos repentinos porque la tensión se me baja cuando le da la real gana. Y nooo, no es por dejar de comer. Que estoy comiendo. Menos, pero como; que si no tampoco rindo: sin energía este cuerpito no camina. Aprovecho cuando toca echarle algo al estómago para ver la serie de Clínica II, por ejemplo. Si es queee...yo no pierdo el tiempo. Él solito se pierde. 

Físicamente.

   Maldita la hora en la que no me puse con Física el curso pasado para sacarla adelante. Intento no culparme por mi mala pata con los números y el estrés que por aquellos días sufría, el cual me impidió sacar adelante el parcial liberatorio de diez temas de esta "bonita" asignatura. Y lo digo entrecomillado porque realmente me gusta, lo único que se me hace cuesta arriba porque entre los trabajos, exposiciones y el dichoso examen no doy avío. A pesar de ello, siento que estoy más tranquila que otras veces, no sé si porque he podido mirarme algunos problemas con calma y los entiendo...o porque ya sé a lo que voy y sé que no vale la pena amargarse. De todos modos aunque mi apariencia sea de lo más relajada posible, mi estómago dice lo contrario. Pero bueno, al mal tiempo buena cara, que en eso dicen que soy experta. 

Superando obstáculos.

Hace un tiempo leí esta frase, o una muy similar. Y antes, mientras cotilleaba Tumblr y desconectaba de las cosas de clase vi esta imagen... Y sonreí. Está claro que el camino de la vida te pone mil y una barreras pero en uno mismo está el superarlas, y muy de acuerdo con la frase de "los límites los pones tú" la afirmo. Muchas veces las mismas limitaciones nos las creamos en nuestra mente, porque podemos ser capaces de lo que nos propongamos si luchamos por ello. Puede ser más o menos difícil, pero no será imposible. Imposible si que será si te cierras en banda y no lo intentas. Y aunque lo intentes a veces a la primera no puede ser, tienes que seguir dando guerra hasta una, dos y tres veces. Cansa, y en ocasiones sientes que lo mejor sería abandonar. Pero ese es el camino más fácil. Las líneas rectas nos gustan a todos, como las autopistas: pisamos acelerador sin tener que preocuparnos de las curvas sinuosas que puedan enlentecer nuestra marcha, y por norma general sabemos que no encontraremos obstáculos pues siempre tenemos el carril de aceleración. La vida no es eso, no es así. Habrán caminos fáciles y rectos, pero por norma general siempre nos encontramos encrucijadas y hay que elegir tomar otro camino. Lo más probable es que tardemos hasta el triple de lo planeado por tener que subir y bajar una montaña, dar un rodeo, cruzar un río... Agota, ¡sí! Pero a mi nadie me quita la satisfacción de llegar a mi destino, aunque me duelan los pies y tenga mil heridas de guerra. ¿Y a tí?

p.d: cuatro de cuatro. Chica notable =)

De vuelta a la rutina.

Hoy hemos comenzado el segundo cuatrimestre. La verdad que he llegado agotadísima, después de una mañana en la que he recibido bastante información acerca de lo que se me viene encima: bastante temario nuevo, trabajos, portafolios... Asignaturas nuevas, con profes nuevos...y asignaturas anuales en los que le vemos las caras a profes conocidos. 

Presiento que este cuatrimestre va a ser movidito pero bueno, es lo que toca; para eso estoy aquí: para aprender, absorber como una esponjita... El problema que se me presenta es el de siempre: falta de tiempo. No sé si ya lo he dicho, pero ahora entiendo a mi madre y su pregunta de "¿por qué él día no tiene más horas?". Veremos como va la cosa...¡¡vamos allá!!

"Tú que eres todo optimismo"

   De nuevo, y para variar desde que tengo memoria, acuden a mí. Una compañera está algo agobiada por un examen de la próxima semana y me ha puesto un mensaje. La pobre chica está de los nervios porque siente que no lo domina a pesar de llevar ya un mes estudiando para esa asignatura. Y me pide consejo, para estructurarse y ver como lo hace... Con lo que le dije espero haberle calmado un poco, pues todo está en su cabeza y es más que capaz.

   Sonrío y me pregunto si no será ese afán de ayudar y cuidar a otros lo que me ha empujado un poco a estudiar esta preciosa carrera. Desde siempre he escuchado a los demás, desde pequeña: recuerdo perfectamente esos días en el colegio de primaria, cuando me venían a mí a contar sus problemas y yo simplemente escuchaba... Ya desde entonces practicando la escucha activa, je. 

Poquito a poco.

Uff, qué cansada estoy ya. ¿Este condenado mes no piensa acabar nunca? Los días se me hacen cortos, pero las semanas...interminables. Ayer hice mi tercer examen y sentí como si me quitase un grandísimo peso de encima. No sé si estará bien o mal, o a gusto de la profesora a la hora de corregir. Pero después de haberlo hecho me sentí genial, con ganas de relajarme, reír, dar un paseo, estar con Él... Y eso hice. Aproveché la tarde al máximo, y disfruté de lo lindo con La Peque y mi chico dando una vuelta por la Isla Baja. Lo necesitaba ya.

Ahora toca la recta final, el último examen. La verdad que ganas de estudiar, pocas. Pero ya queda menos, es el último esfuerzo...y no me voy a dar de baja en este combate. No, esta fisco chica no se rinde. Así que...manos a la obra. =)

Maldita sea, no puedo tomar café.

   Muy a mi pesar no puedo tomar café. Los exámenes están pasándome factura en el estómago, cosa que tampoco me sorprende porque soy "Doña Nervio". Ahh, ¿que no te lo crees? Detrás de esta carita de tranquilidad frente al temporal...se esconde una chiquillaja hiperactiva que no para de dar saltos y escalar paredes. Sí, aunque parezca serena y portadora de paz espiritual...¡¡una mierd*!! Y ya llevo años controlándome un poco, pero que mi mente esté en modo desconexión, mi cuerpo refleja la tensión que acumulo con estos preciosos y adorados dolores de barriga, pocas ganas de comer y, ¡oh! saludos muy a menudos a roca, con breves discusiones y algo pasadas por agua (una manera algo fina de contar lo que ocurre xD)