¡¡Por fin!! La época de exámenes ha acabado; ya no podía más. Mi cuerpo no rendía ya por último, me mantenía como una zombi, una autómata. Estudiaba, comía un poco, dormía otro poco, y estudiaba. Y ahora...ahora siento las consecuencias de este mes frenético: me duele todo el cuerpo, como si me hubiesen pegado una paliza, como si tuviese mil agujetas después del mayor entreno de mi vida.
Se supone que debería salir, coger aire. Pero necesito dormir, no hacer nada, simplemente estar echada en el sofá viendo la Tv y sin ningún tipo de preocupación, todo el día en pijama...Porque ya, el lunes, vuelta a una nueva rutina: nuevas asignaturas, nuevos profesores, nuevas tardes de estudio.
Lo dicho, me voy al sofá...necesito recargar mis baterías.
